La inmovilización de cerca de cien toneladas de productos cárnicos, en su mayoría jamones en mal estado, almacenados en dos naves de una empresa ilegal en el municipio valenciano de Alzira puede ser solo la punta del iceberg, ya que detrás de esta operación podría haber una trama compuesta por 30 empresarios en media España.
En la que puede convertirse en la presunta mayor estafa de venta de comida en mal estado jamás conocida en el país está siendo investigada por los tribunales después del hallazgo de más de 400.000 kilos de embutidos y carne caducada —incluso en mal estado— y almacenada en pésimas condiciones en almacenes de Badajoz, Cáceres y Valencia, según ha confirmado David Placer en economíadigital.com en exclusiva por fuentes de la investigación.
La trama empresarial, con epicentro en Badajoz, almacenaba jamones en mal estado que se recogían de los supermercados y que debían ser destruidos. Pero en lugar de incinerarlos, un grupo de empresas, que están siendo investigadas por la Guardia Civil y por los juzgados, desviaba los jamones y los embutidos a almacenes clandestinos, donde se reenvasaban y reetiquetaban como producto nuevo para introducirlos de nuevo en establecimientos y tiendas de venta al público.
En una nave de Badajoz vieron cómo los jamones y los embutidos eran almacenados en el suelo, donde había gusanos
La primera señal de alarma, según las mismas fuentes, se disparó con una inspección de los veterinarios de los servicios de salud de Badajoz. El equipo de funcionarios descubrió lo que los investigadores han bautizado como “la nave de los horrores”, en una almacén de Higuera La Real (Badajoz) y cuyas fotografías muestra en exclusiva este medio. Las investigaciones se enmarcan dentro de la operación Opson, que investiga el fraude alimentario de los grandes operadores de jamón ibérico de España desde enero de este año.
En esta nave se descubrieron productos con moho y con el envoltorio hinchado —un indicio de descomposición y de presencia de bacterias en la carne—. También vieron cómo los jamones y los embutidos eran almacenados en el suelo, donde había gusanos. En otra de las naves, se descubrió carne con larvas de moscas.
Las malas condiciones del producto pueden motivar la presencia de bacterias causantes de graves enfermedades, entre ellas la listeria monocytogenes y la clostridium botulinum que pueden desencadenar desde una diarrea simple hasta graves complicaciones como trastornos neurológicos y abortos.
La fiscalía desconoce si estos productos terminaron a la venta en algunas cadenas de supermercados o en cualquier otro tipo de establecimiento.
(Fotos: economíadigital.com)