La guerra de la miel se radicaliza cada día. A las protestas convocadas este martes o la denuncia a la industria que se anuncia, se suma ahora la Asociación Española de Comerciantes y Envasadores de Miel (ASEMIEL-ANIMPA), que tras posicionarse sobre el futuro etiquetado, ahora ha publicado un particular decálogo «de gran utilidad para los consumidores, para evitar que éstos sean manipulados a la hora de decidir la compra de miel».
- La Unión Europea necesita importar un 40% de la miel que consumimos y lo mismo ocurre en España donde no producimos suficiente para cubrir el consumo y la exportación.
- Toda la miel comercializada en España, independientemente del origen, tiene todas las garantías de autenticidad y pureza.
- La Unión Europea, antes de autorizar la importación de un país tercero, realiza auditorías en origen para asegurarse de que los productos que entran en Europa tienen todas las garantías. Además, por supuesto, a estos productos se les exige los mismos estándares de calidad que a los producidos dentro de la UE. En el proceso de importación las autoridades aduaneras son muy estrictas en el control de las entradas, realizando controles de calidad previos a su acceso a territorio europeo. Los envasadores españoles trabajan junto con las administraciones para conseguir un control total y exhaustivo de todas las mieles importadas.
- Los principales envasadores y marcas se juegan su prestigio e imagen de cara a los consumidores, por lo que su labor de control es muy rigurosa.
- El estudio más reciente realizado en España por Laboratorios APINEVADA, 2018, demuestra que el 97% de las muestras analizadas cumplía con los estándares legales y de calidad. Y que entre las grandes marcas del mercado había un alto cumplimiento, lo que no ocurría en algunos pequeños envasadores.
- La miel es de los pocos productos que es obligatorio identificar su origen. Cuando se trata de miel española siempre estará identificada como tal. En el caso de que se trate de una combinación de mieles de diferentes orígenes la mención podrá sustituirse por una de las siguientes, según proceda: “mezcla de mieles de la UE”, “mezcla de mieles no procedentes de la UE”, o “mezcla de mieles procedentes de la UE y no procedentes de la UE.”
- Desde el sector se está trabajando con las autoridades a nivel europeo para dar más información del origen a los consumidores. Es muy importante que esta norma sea de aplicación comunitaria para conseguir que toda la miel a disposición de los consumidores refleje los países de origen. En caso contrario, miel envasada por empresas europeas y vendida en España, no identificarían los orígenes.
- El sector productor apícola vive un buen momento. En 10 años hemos pasado de tener en España 2 millones de colmenas a 3 millones. Es un sector saneado, con mucha inversión y ayudas (más de 33 millones en subvenciones en el último año -2017).
- Desde ASEMIEL-ANIMPA se defiende a los consumidores exigiendo a los productores el mejor producto de forma severa:
- miel sin residuos de antibióticos
- ceras no contaminadas
- niveles de HMF (indica la frescura de la miel) que no estén fuera de control
- bidones aptos para uso alimentario
- salas de extracción de miel certificadas y autorizadas (como medida higiénico-sanitaria)
- administración de tratamientos sanitarios controlados y bajo supervisión de veterinarios
- control de trazabilidad de la miel desde los colmenares
- etc.
- Adulteración. Es imposible detectar miel adulterada mediante pruebas caseras. Sólo laboratorios especializados, con técnicas acreditadas y personal formado pueden realizarlas. «No nos dejamos engañar por curanderos para temas de salud, por eso defendemos a los consumidores para que sepan que las adulteraciones y fraudes en alimentación se detectan por expertos en laboratorios concretos».
DESMONTANDO MITOS
En relación con este decálogo, insisten en desmontar algunos mitos apoyándonos en el trabajo realizado por Pajuelo Consultores Apícolas S.L. quienes analizan mieles desde 1980.
- La miel fluida es adulterada: FALSO. La fluidez está relacionada con la humedad, que en la miel suele estar alrededor del 17,5%. Pero puede oscilar hacia el 16% en las mieles de verano, y hacia el 18,5% en las mieles de épocas más lluviosas (legalmente ha de estar por debajo del 20%). Una miel fluida se disolverá más fácilmente en agua que una espesa (diferencia aún mayor si la miel está cristalizada https://youtu.be/UEDEe66BZGk).
- La miel pura hace hexágonos al juntarla con agua por su “memoria genética”: FALSO (https://twitter.com/twitter/statuses/1039596718373908480). La miel no tiene ADN.
- Si mojas un papel en miel y le das fuego arde, mientras que la mezcla adulterada no: FALSO. Eso va a depender de la humedad de la miel en cuestión.
- Si añades alcohol a una miel y sale un precipitado blanco está adulterada: FALSO (https://youtu.be/RiLWiRcXLdg). El alcohol da un precipitado blanco si hay dextrinas. Las dextrinas (almidones, féculas) son unas moléculas formadas por cadenas de azúcares que fabrican las plantas como reserva. Hay mieles que tienen dextrinas de manera natural (hasta más del 10% de sus componentes), como las de mielatos de abeto, encina, roble…
En la industria alimentaria las reservas nutricionales de las semillas de algunas plantas (maíz, arroz…), ricas en almidón, dextrinas… se procesan para fabricar con ellas jarabes alimenticios. Para ello se rompen sus cadenas, hasta obtener los azúcares constituyentes en distintas proporciones (fructosa, glucosa, sacarosa…). Con estos jarabes se fabrican todo tipo de bebidas dulces (refrescos como la Coca Cola y otros, zumos, licores dulces…). También se usan para fabricar bollería industrial (croissants, donuts, galletas, magdalenas…), y multitud de productos más o menos dulces. Si se añade uno de estos jarabes a la miel su presencia sí es identificable mediante análisis de isótopos del carbono. Otras adulteraciones con azúcares de remolacha (blanquilla, sacarosa), o de arroz, son identificables por la presencia de ciertos azúcares minoritarios que no están en la miel (manosa, pentasacáridos) o/y por la presencia de las enzimas industriales usadas para romper las uniones de las cadenas de azúcares
- La miel es el tercer producto alimenticio más adulterado: FALSO. Esto se debe a su inclusión en tercer lugar en una lista publicada en un post en los EEUU sobre su mercado, no sobre el nuestro, en la que no se citan los productos por orden de importancia:
- https://www.huffingtonpost.com/2012/04/06/food-fraud-adulterated-ingredients_n_1408199.html?slideshow=true&guccounter=2 – gallery/219167/2
En otra lista de otro post, posterior, de 2013, también de EEUU, figura en noveno lugar con 7% de muestras adulteradas: https://www.cbsnews.com/media/food-frauds-10-most-adulterated- foods/9/
Si alguien tiene interés en conocer técnicas analíticas de detección de adulteraciones puede consultar un trabajo reciente, 2018, de expertos reales: https://www.researchgate.net/publication/230801848_Honey_Honey_Adulteration_Detection_A_R eview [acceso 23.11.2018].
(Foto: http://apiads.es/)