La Guardia Civil acusa a la organización agraria UPA-UCE Extremadura de ahberse financiado con 1,8 millones de euros procedentes de 5.500 expedientes de ayudas europeas que 1.800 de sus afiliados habían pedido para un asesoramiento agrario que, en algunos casoso, no se llegó a dar.
Las investigaciones, según una nota de prensa del Instituto armado, comenzaron el pasado mes de febrero tras una denuncia interpuesta por el titular de una pequeña explotación agrícola en Campo Arañuelo (Cáceres), en el que ponía de manifiesto un supuesto entramado financiero ilegal del sindicato UPA-UCE.
la guardia civiil habla de «la existencia de un plan preconcebido y la aplicación de una ingeniería financiera»
Continuando con las investigaciones los agentes pudieron determinar que más de 1.800 personas, afiliadas al sindicato, habrían solicitado subvenciones para asesoramiento agrario a la Junta de Extremadura durante los años 2013 a 2015, con fondos procedentes de la Unión Europea, fondos «que fueron derivados a las necesidades financieras del propio sindicato y de otras personas físicas y jurídicas que están todavía bajo investigación».
Tras el estudio de la normativa vigente que regula la obtención de estas subvenciones por asesoramiento agrario, los agentes pudieron comprobar que los perceptores «recibirían, previa solicitud y presentación de la documentación correspondiente, el 80% del importe total del asesoramiento agrario».
Continuando con las investigaciones, la Guardia Civil procedió a tomar manifestación a una treintena de agricultores afiliados al sindicato. Igualmente, se procedió a realizar un minucioso análisis de miles de extractos bancarios de las cuentas del sindicato pudiéndose comprobar «la existencia de un plan preconcebido y la aplicación de una ingeniería financiera diseñada con anterioridad a su ejecución, en cuyo desarrollo participaban personas físicas y jurídicas bajo una estructura organizada».
Igualmente, se ha podido comprobar como algunos empleados del sindicato (los “captadores”, según la Guardia Civil), utilizaban «mediante el engaño o tergiversando la información, a cientos de afiliados para que firmasen una serie de documentos siendo estos la solicitud de la subvención, la de un préstamo por el valor del informe para asesoramiento agrario y las órdenes a los bancos para que procediesen a los adeudos de cobro por parte de una mercantil asociada al sindicato de la que servían para dar apariencia de legalidad al entramado».
el dinero salía del sindicato, se transfería a los agricultores a través de la mercantil y volvía al sindicato mediante el cobro de recibos
Para la Guardia Civil, la mecánica del fraude era doble. Por un lado, «el dinero necesario para pagar el informe agrario provenía del propio sindicato que lo transfería a la empresa mercantil instrumental y, de ésta, a los agricultores perceptores de las ayudas, para volver de nuevo al sindicato de donde había salido, simulando un supuesto pago por un asesoramiento agrario que no llegaba a darse, o no se daba con las condiciones exigidas para otorgar las subvenciones».
Así se evitaba que cada una de las personas solicitantes adelantase el pago de su bolsillo para el servicio de asesoramiento agrario, teniendo también en cuenta que la subvención solo costeaba el 80% del valor de ese asesoramiento.
Por otro lado, la subvención, una vez gestionada por el propio sindicato con los documentos que les daban a firmar a los agricultores, era ingresado en la cuenta de estos últimos e inmediatamente se transfería a la mercantil instrumental como amortización del préstamo. Desde allí nuevamente se transfería al sindicato.
De esta manera el dinero salía del sindicato, se transfería a los agricultores a través de la mercantil y volvía al sindicato mediante el cobro de recibos, lo cual permitía a este último volver a ponerlo en circulación las veces que lo considerase necesario, operando reiteradamente con esos fondos para volver a recuperar el dinero.
«Las operaciones así realizadas eran por tanto ficticias y sin coste económico alguno, obteniendo el beneficio íntegro de las miles de subvenciones concedidas a favor de los afiliados del sindicato, las cuales volvían a este último».
se obtuvo 1,8 millones que era utilizado mayoritariamente por el sindicato para la financiación de su propia actividad
Asimismo, la Guardia Civil incide en que «este proceso de transferencias y cobro de recibos tipo carrusel se daba a espaldas de los propios agricultores, muchos de los cuales desconocían incluso haber solicitado un préstamo para asesoramiento agrario. Los titulares de las explotaciones agrícolas, por regla general, únicamente eran conscientes de haber firmado una solicitud de subvención, para lo que firmaron en el sindicato una serie de documentos que desencadenaban toda la operativa descrita».
El dinero así obtenido por el sindicato durante los años 2013, 2014 y 2015 fue de algo más de 1,8 millones de euros, procedente de unas 5.500 subvenciones que fueron solicitadas por más de 1.800 afiliados de UPA – UCE.
La investigación patrimonial ha desvelado que el capital se ha utilizado mayoritariamente por el sindicato para la financiación de la actividad propia del mismo, es decir, pago de nóminas, impuestos, suministros, pago de proveedores, etc. Otra parte se ha destinado a determinadas empresas para fines supuestamente privados y otra, en definitiva, a la matriz nacional del sindicato u otras organizaciones afines.
El pasado miércoles, 2 de noviembre, ordenados por la autoridad judicial, se procedió a la entrada y registro de la sede central del sindicato en Mérida, así como a las delegaciones del mismo en las localidades cacereñas de Plasencia, Coria y Talayuela, así como un domicilio particular en Badajoz. A día de hoy se continúan los registros motivados por la explotación de esta operación.
Fruto de los mismos, y de la investigación previa, se ha procedido a la detención de cinco personas pertenecientes al Comité Ejecutivo Regional de UPA – UCE Extremadura, del “captador” de afiliados al sindicato en Talayuela y del administrador único de la empresa utilizada para facilitar los préstamos a los agricultores. La investigación se encuentra todavía abierta y no se descartan nuevas detenciones o imputaciones.
La Guardia Civil advierte de que los hechos investigados pudieran ser constitutivos de los delitos de pertenencia a organización criminal, contra la hacienda pública mediante fraude de subvenciones, falsificación de documentos y blanqueo de capitales.
Tanto los detenidos como las pruebas de convicción obtenidas en los registros están a disposición del Juzgado de Primaria Instancia e Instrucción nº 1 de Mérida, que entiende esta causa.