Extremadura es la principal comunidad productora de pimentón, un producto único y reconocido no solo a nivel nacional sino también mundial, que se ha convertido en uno de nuestros buques insignia por su gran calidad. Con la campaña prácticamente finalizada, desde UPA-UCE destacan un descenso de producción del 17% con respecto al ejercicio anterior y la congelación de los precios. “Hemos pasado de producir 4.395.000 kilos en 2017 a 3.665.000 kilos en esta campaña”, sostiene su secretario general, Ignacio Huertas.
Sin embargo, Extremadura ha recogido un pimentón de muy buena calidad pero a unos precios de ruina, que rondan los 3€/kg y que podrían ser los mismos que se pagaban hace quince años. “Todo esto hace que, en un cultivo único como el pimentón, los agricultores cacereños apenas sean capaces de cubrir los costes de producción”, explica Huertas, que recuerda los problemas vividos hace años.
El cultivo del pimentón lo convierte en un cultivo muy social en algunas zonas donde no existen otro tipo de alternativa
Esta organización agraria considera que estos datos se deben al descenso de la superficie contratada en la campaña, que se ha reducido en torno al 12% y, por otro lado, a los problemas climatológicos debido a las lluvias tempranas, bajas temperaturas y el pedrisco de septiembre, cuando se registraron daños en más de 100 hectáreas de pimiento de la zona de Riolobos, Holguera y Huélaga, entre otras localidades.
El cultivo de pimentón se ha convertido en un sector estratégico para el norte de Cáceres, que genera muchos puestos de trabajo, y que, además, está asentado en pequeñas y medianas explotaciones. “Estas premisas lo convierten en un cultivo muy social en una zona donde no existe otro tipo de alternativa”, apuntan desde UPA-UCE.
Por ello, desde UPA-UCE reclamans una subida de precios donde se recoja el aumento de los costes y la alta calidad de nuestras producciones. En este sentido, consideran que en la fiscalidad tampoco se recoge la bajada de rentabilidad que tienen estas explotaciones, ya que se les aplica uno de los módulos más altos en el IRPF que es del 37% y que no se ha modificado para adaptarlo a esa disminución de renta que tienen los productores.
Ante este panorama, UPA-UCE reclama a las distintas administraciones una revisión de los índices para este cultivo con carácter estructural, para que se situé al mismo nivel que el resto de hortícolas con una rentabilidad similar.