La reducción presupuestaria propuesta por la Comisión Europea para financiar la futura PAC post 2020 abre incertidumbres entre los viticultores porque, a los previsibles recortes de las ayudas directas, añaden el temor a ver reducidas las partidas para los programas de apoyo al sector vitivinícola.

El responsable nacional del sector vitivinícola de Asaja, y presidente de esta organización en Castilla-La Mancha, Fernando Villena, rechaza la propuesta de recorte de presupuestos para la PAC 2021-2027 que plantea la Comisión por lo que pueda afectar a las rentas que reciben los agricultores, incluidos los viticultores.

Desde Bruselas ya se ha dejado entrever que la CE tiene la intención de recortar fondos para promoción del vino fuera de la UE

Según Villena, parece que también se verán reducidos los presupuestos para la promoción del vino en terceros países (medida que incluyen los programas nacionales de apoyo al sector vitivinícola), por la información que manejan de la Unión Europea (UE).

Desde La Rioja, la organización agraria ARAG-Asaja exige que se tenga en cuenta el mantenimiento del régimen de control del potencial vitícola dentro de la nueva PAC.

Un asunto «de suma importancia para nuestra DO y que podría desaparecer si se lleva a cabo la liberalización prevista en la última reforma de la OCM del Vino», prevista para el 2030, ha remarcado.

El responsable nacional de vino de COAG, Joaquín Vizcaíno, se muestra preocupado por la propuesta de presupuestos de la CE, con un 5-6 % de recorte para la PAC, que a su juicio si se cuenta la inflación puede llegar al 15% «o más», y coincide en que puedan venir restricciones para la promoción en terceros países.

En este último punto, Vizcaíno ha recordado que en la última reunión del Grupo de Diálogo Civil celebrado en Bruselas salió a relucir que la CE tiene la intención de recortar fondos para promoción del vino fuera de la UE, mientras que mantendría ayudas a otros capítulos de los programas nacionales de apoyo al sector, como inversiones en bodegas y a la reestructuración y reconversión.

En principio, los programas nacionales de apoyo al sector del vino se mantienen hasta 2023, según los reglamentos, pero la financiación sólo está asegurada hasta el 2020; y la normativa de autorizaciones de nuevas plantaciones, continuará hasta el 2023; a partir de ahí, «nos tocará volver a luchar para evitar la liberalización total que proyecta la CE para 2030.

La vigencia del programa europeo de apoyo al sector vitivinícola llega hasta 2023 y cualquier recorte rebajará esas partidas

Se trata del último sector agrícola que queda regulado en la UE tras la desaparición de las cuotas de la leche y el azúcar, una liberalización que según el sector ha acrecentado la volatilidad.

El responsable sectorial de UPA, Alejandro García-Gasco, ha incidido en que la reforma afectará a toda la PAC y la reducción presupuestaria debe mirarse con «preocupación, recelo y cautela», ya que un gran número de viticultores tienen derechos de pago básico y cualquier recorte perjudicaría a las ayudas que reciben.

De otro lado, ha recordado que, aunque la vigencia del programa europeo de apoyo al sector vitivinícola llega hasta 2023, cualquier reducción de la ficha financiera para la nueva PAC (2021-2027) terminará también por rebajar esas partidas, sobre todo en lo que se refiere a la medida de promoción en terceros países.

Y es que, según la información que reciben de la CE en el seno del grupo de diálogo civil del sector del vino, ha añadido García-Gasco, la UE pretende revisar estos programas y, mientras que se pueden desarrollar durante 3 años prorrogables a otros dos más en la actualidad, en el futuro podrían quedarse en sólo tres.

El sector vitivinícola está muy pendiente ahora de la presentación de la propuesta oficial de reglamentos para la reforma de la PAC post 2020 y de la «letra pequeña» de los documentos, que puedan darles pistas sobre el nuevo status quo en la UE.

(Texto. Ginés Mena / Efeagro)

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