La comercialización de sustancias activas fitosanitarias alcanzó las 72.118 toneladas en 2017, una cifra un 6,4% inferior a la registrada en 2016 (77.052 t) y también más baja que la relativa a 2015 (77.298 t) y a 2014 (78.964 t), esta última la más alta desde que se inició la recopilación de datos sobre el uso de plaguicidas en 2012.
El último informe sobre las cantidades comercializadas de sustancias activas fitosanitarias que acaba de difundir el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) refleja que en el ejercicio 2017 la agricultura española utilizó 37.999 t de fungicidas y bactericidas, un 2,36% menos que un año antes.
A esta cantidad hay que sumar 16.077 de herbicidas (+5,56 %); 11.117 t de «otros productos fitosanitarios» (-26,12 %); 6.663 t de insecticidas y acaricidas (-12,31 %); 157 t de reguladores del crecimiento (+3,28 %) y 105 t de molusquicidas (-2,77 %).
Agricultura comenzó a elaborar la serie anual de la Estadística de Comercialización de Productos Fitosanitarios en 2012, ejercicio en el que contabilizó la cifra más baja (63.559 t), que un año después, en 2013, aumentó a 71.54.
Cabe destacar que el Fondo Español de Garantía Agraria publicó el pasado año una nota informativa sobre la prohibición del uso de fitosanitarios en las Superficies de Interés Ecológico, condición indispensable para poder cobrar el pago verde en la PAC de 2018. Y entre las apreciaciones, destaca que esta prohibición debe ser aplicada a partir de septiembre de 2017, de cara la planificación de cultivos a declarar en la solicitud única de la PAC de la campaña 2018.
Una medida que, a pesar del enfado del sector con esta medida. ha provocado que se reduzca sensiblemente el uso de estos plagicidas.