Las ciudades que participan en la Cumbre mundial por una alimentación sostenible, que se celebra hasta este sábado 21 en Valencia, han suscrito hoy una declaración en la que reivindican su labor y reclaman una mayor presencia en la iniciativas de la ONU al respecto, y una mayor coordinación de las mismas.
Esta declaración ha sido asumida por expertos de más de un centenar de ciudades de todo el mundo en el marco del citado congreso, en el que ha estado presente el director de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva.
«Somos conscientes de que existen múltiples procesos paralelos con oportunidades para vincular la implementación internacional, nacional y subnacional de los objetivos de desarrollo sostenible y la nueva agenda urbana; y los gobiernos locales no quieren quedar atrás ni fuera de ellos», reza la citada declaración.
En este sentido, los firmantes de estas Cumbre mundial por una alimentación sostenible reclaman «mejorar la coordinación en estos temas» y apelan directamente a «todas las agencias de la ONU» a «contar con los actores urbanos, ampliando así el enfoque para su acción».
el abastecimiento urbano de alimentos «ha de ser objeto de una intervención pública que garantice su calidad
En su intervención ante los asistentes al congreso, Da Silva ha reivindicado la «intervención pública» en los procesos de distribución de alimentos, para garantizar su calidad y su acceso a toda la población.
A su juicio, la distribución de alimentos ha de ser un tema de «política pública, no sólo de la órbita privada», por lo que el abastecimiento urbano de alimentos «ha de ser objeto de una intervención pública que garantice su calidad y su llegada a la población».
En este sentido, Da Silva ha hecho referencia al último informe de la FAO que advertía sobre un repunte del hambre en el mundo tras quince años de descensos continuados.
Según este informe, 815 millones de personas pasan hambre diariamente en el mundo (datos de 2016), 38 millones más que en 2015, es decir, un 11 % de la población mundial.
Para el alcalde de Valencia, Joan Ribó, «pensar en global es el signo de los tiempos, pero si queremos mejorar una realidad que en muchos aspectos es insatisfactoria debemos pensar en lo cercano, en lo cotidiano. Y de entre todas las acciones cotidianas, la alimentación es la más esencial, la base del resto».
Por ello, ha insistido en que «la alimentación sostenible es demasiado importante como para dejarla en manos de los mercados, porque muchos problemas pueden solucionarse en las ciudades y su valioso espacio político».
El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, ha destacado el papel de la cooperación entre grandes ciudades en la aplicación de políticas sobre alimentación, porque mediante estas conexiones «se pueden hallar soluciones a problemas diarios y defender intereses comunes».
Por su parte, el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Fernando García Casas, ha dicho: «Las ciudades son lugares de progreso y libertad, nos hicieron libres, y ahora que nos enfrentamos a grandes desafíos han de ser foco de evolución y progreso».
«Todos somos países en desarrollo, aquí no hay norte y sur, sino que compartimos unos problemas y debemos compartir soluciones. Los poderes locales han de acercar la agenda 2030 a los ciudadanos, y por eso apoyamos los esfuerzos de los municipios», ha concluido