Lorenzo Ramos será reelegido este miércoles 21 como secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), en el que será, como él mismo reconoce, su último mandato al frente de la organización agraria. Una responsabilidad que llega en un momento complicado, con la aplicación de la nueva PAC, el retorno de las movilizaciones del campo y la lucha por una Ley de la Cadena que reconozca el trabajo de agricultores y ganaderos. Un reto que afontará con un mensaje muy claro: «Desde UPA denunciamos, nos revelamos, nos manifestamos, pero también proponemos. No denunciamos por denunciar, ni haremos una guerra porque interese que haya revolución. En ese sentido, con nosotros que no cuenten».

Y es que aunque reconoce que aún hay muchas por mejorar, también asume que «algunas cosas sí se están arreglando», pero se marca unos retos importantes ante los años que se avecinan, en especial en el tema de la PAC, ya que considera que «lo importante no es mantener ese presupuesto y repartir ese dinero de la misma manera que se estaba haciendo hasta ahora y mantener, así, las injusticias sociales. Lo que se trata es de mejorar la redistribución».

Y ante el debate y las tensiones que hay abiertas en todas las CCAA deja clara la posición de UPA: «La manera de cambiar es con otros criterios de reparto de ayudas de la PAC», especialmente porque en este nuevo Congreso Federal se acudirá con un posicionamiento my concreto, «no vamos a permitir que el modelo familiar desaparezca y se impongan los modelos superintensivos que nos perjudican ambiental, económica y socialmente».

P.- Se presenta de nuevo a la relección al frente de la UPA en un momento más que complicado, con una PAC que no acaba de gustar a casi nadie y con un resurgir de las movilizaciones en el campo…

R.- Aunque vaya a ser ya mi último mandato, yo me presento con la misma ilusión e incluso con más ganas que en el primero porque, a pesar de que los tiempos están siendo difíciles, y que la situación con la pandemia nos impide desarrollarlo con normalidad, creo que la Agricultura Familiar de este país ha demostrado que estamos a la altura de las circunstancias. Hemos sabido dar respuesta al suministro constante de alimentos, a las tareas de desinfección en los pueblos… Y todo ello a pesar de que estábamos movilizándonos cuando todo esto empezó.

Y a pesar de que vuelve a haber movilizaciones (por la convergencia y la fauna salvaje) yo creo que algunas cosas sí se están arreglando. Se están recuperando precios en algunos sectores, como el del aceite, parece ser que en el vino también empiezan a moverse algo como consecuencia de las heladas vividas en el resto de Europa.

En el tema de la PAC sí que la negociación será dificultosa pero las últimas declaraciones del ministro de Agricultura nos suenan bien. Recogen bastantes cosas relacionadas con nuestras reivindicaciones. Por una parte, que en el año 2022 no se aplique la convergencia como se ha hecho en 2021, sino que se vaya suavizar esa convergencia hasta que se realice la próxima reforma (en el año 2027). Luego que él haya dicho que está dispuesto a poner un presupuesto importante, en torno al 20%, para ayudas redistributivas. Esta es una reivindicación totalmente nuestra, nosotros creemos que hay que ayudar más a quienes más lo necesitan. Sobre todo, si se dan más ayudas a las primeras hectáreas y a las primeras cabezas de ganado de los agricultores y ganaderos profesionales, en mayor parte de Agricultura Familiar, pues también nos parece bien. Y encima, si se pone un techo máximo de ayuda por explotación (60.000 euros) también nos parece una buena noticia.

También tenemos novedades en la Ley de la Cadena Alimentaria, que es una de nuestras demandas históricas porque somos quienes hemos estado luchando por nuestros productos desde hace ya quince años, y ahora hemos conseguido una Ley que se está modificando todavía en el Congreso de los Diputados. Creemos que se van a introducir cosas interesantes. Y lo que vamos a hacer ahora es pelear para que la Ley se cumpla, para que no haya ni un agricultor ni un ganadero en este país que cobre por debajo de lo que le cuesta producir. Y si hay alguien que intenta incumplir la Ley se va a encontrar con UPA porque no lo vamos a consentir. Por todo ello, afrontamos el Congreso con mucha ilusión.

«LOS PROFESIONALES DEL CAMPO NOS DEMADAN UNIDAD Y SI HAY QUE PROTESTAR, PROTESTAREMOS, PERO NO HAREMOS UNA GUERRA PORQUE INTERESE QUE HAYA UNA REVOLUCIÓN»

P.- La unidad de acción de las principales organizaciones agrarias es una garantía de que se pueden cambiar las cosas o va a hacer falta algo más para conseguir los cambios necesarios en el campo.

R.- Yo creo que la unidad de acción en el campo es algo que tendría que existir siempre. Hemos sido capaces de hacerlo con las manifestaciones de Agricultores al Límite, ahora con el tema de la convergencia y con el de la fauna salvaje también. Nosotros tenemos la esperanza de que podamos mantenerla en el futuro gobierne quien gobierne. En UPA lo tenemos claro: nosotros estamos aquí para proteger los intereses de los agricultores y ganaderos, de las agricultoras y ganaderas, no tenemos que censurarnos por ningún gobierno ni ningún ministro o ministra, sea del partido que sea.

Por tanto, espero que los demás también estén en esa línea, una línea de defender conjuntamente los intereses del campo. Esto es lo que nos reclaman la inmensa mayoría de los profesionales del campo independientemente de la organización agraria a la que pertenezcan. Y juntos es la manera, también, de parar ciertos movimientos antisistema que surgen, que van contra todo… Eso no lleva a nada. Nosotros creemos que hay que protestar cuando hay que protestar. Y hay que hacerlo desde lo positivo, como lo demostramos con las protestas de ‘Agricultores al Límite’, que fueron un ejemplo, tal y como lo supieron reconocer los medios de comunicación, la sociedad y las Administraciones públicas. Porque tenemos que ser reivindicativos pero tenemos que ser también propositivos.

Desde UPA denunciamos, nos revelamos, nos manifestamos, pero también proponemos. No denunciamos por denunciar, ni haremos una guerra porque interese que haya revolución. En ese sentido, con nosotros que no cuenten. Pero que cuenten para mejorar la vida de los agricultores y ganaderos y, para eso, desde luego que la unidad de acción es muy importante y para eso espero que podamos colaborar en el futuro porque juntas, las tres organizaciones agrarias, somos mucho más fuertes.

P.- Su permanencia al frente de la UPA qué va a representar, continuidad o cambio, porque en algunos congresos regionales, como en Andalucía, se empiezan a ver aires de renovación no solo en las personas, sino en algunas ideas…

R.- Bueno, yo creo que la ventaja de que en los dos últimos periodos UPA haya cambiado el sistema de congresos (antes era primero el federal y después los regionales, ahora al revés), esto tiene como ventaja que llegamos a este congreso con todas nuestras estructuras renovadas. La renovación no solo ha sucedido en Andalucía, ha habido cambios importantes en otras comunidades autónomas. Así, se han incorporado muchos jóvenes y también muchas mujeres. Hay que recordar que UPA somos la única organización que tiene una alta participación de mujeres en nuestros órganos, contamos con varias secretarias generales y tenemos compañeras con muchísima responsabilidad en las comunidades autónomas y también a nivel federal.

Esto tiene la ventaja que me permite decir que en este último mandato, mi ejecutiva tendrá una media de edad de entre 15 y 20 años menos que yo. Yo estoy muy seguro de que en este equipo de dirección que llevará la UPA estos próximos cuatro va a estar el hombre o la mujer que me sustituirá a mí como secretario general. Así lo espero.

Si las condiciones hubieran sido normales, quizás algunos ya no habríamos estado en este Congreso. Pero las circunstancias que se están dando con la pandemia, sobre todo porque la mayor parte de reuniones tienen lugar por videoconferencia, hacen que algunos puestos de responsabilidad debamos mantenerlos personas que contamos con más experiencia. Pero la verdad es que va a haber una renovación importante y yo me siento orgulloso de que haya muchos compañeros y compañeras jóvenes que ya se han incorporado en las estructuras tras los congresos provinciales y regionales que ya se han celebrado por toda España y que, en buena parte, se incorporarán también en la Ejecutiva federal.

ANTE LA PAC, «ESPERAMOS QUE NO SE BUSQUEN EXCUSAS PARA QUE TODO SIGA IGUAL, COMO SE HA HECHO EN EL PASADO»

P.- El ministro Planas pide unidad a todas las CCAA para afianzar la nueva PAC. ¿Esto es posible? Porque como se puede ver ni siquiera las propias organizaciones agrarias logran un consenso entre sus propias entidades regionales, donde cada una defiende sus intereses, no los del colectivo agrario nacional…

R.- En muchos casos nos encontramos con que los consejeros de las Comunidades Autónomas, y en algún caso también los presidentes, hacen frente común para marcar su posición. No podemos decirle a nuestras organizaciones regionales que se queden fuera de una propuesta donde está todo el sector. Pero yo creo que en UPA hemos tenido la capacidad de tener una posición que nos pueda valer para estar en los planteamientos que están haciendo unos y otros. Desde luego, lo que tenemos bien claro es que si vamos por la línea de que haya un presupuesto importante para la ayuda redistributiva esto nos vale para Andalucía y para Aragón, nos vale para Extremadura y para Castilla y León, nos vale para la Comunidad Valenciana y para Castilla-La Mancha.

Con lo cual, aunque haya habido dificultades -yo soy el primero que entiende que los consejeros quieran mantener los presupuestos de su Comunidad Autónoma- lo importante no es mantener ese presupuesto y repartir ese dinero de la misma manera que se estaba haciendo hasta ahora y mantener, así, las injusticias sociales. Lo que se trata es de mejorar la redistribución.

En ese sentido tenemos el compromiso de Luis Planas de que va a plantear la ayuda redistributiva en un 20%, como nos lo anunció en nuestro Congreso de UPA Andalucía. Nosotros esperamos que esta propuesta salga adelante junto con el techo máximo de ayudas por explotación, lo del tema de la convergencia, etc. Esperamos que no se busquen excusas para que todo siga igual, como se ha hecho en el pasado. La manera de cambiar es con otros criterios de reparto de ayudas de la PAC.

P.- ¿Uno de los retos pendientes de las organizaciones agrarias es, precisamente, que son un reflejo de la sociedad española y no existe una unidad nacional para determinar medidas o acuerdos y se depende demasiado de lo que piense o defienda cada región?

R.- Nosotros lo que creemos es que tiene que haber una política agraria que se tiene que aprobar, que tiene que ser a nivel nacional, que los criterios sean nacionales y sean los mismos los que se apliquen en cualquier comunidad autónoma. Pero, lógicamente, tienen que cambiar las cosas, como ya he dicho. No se pueden buscar muchas justificaciones para que al final sea todo igual que antes porque nadie quiere afrontar conflictos en su territorio.

Ahora tenemos la oportunidad de hacerlo. En ocasiones anteriores a lo mejor no, Bruselas ha dado los temas muy cerrados. Aunque es cierto que la última vez se pudo hacer, cuando estaba el señor Cañete de ministro. Pero no se quiso hacer. No quisieron hacerlo por no afrontar problemas.

Pero sí queremos que nuestros jóvenes se incorporen, con toda su formación y su ilusión por trabajar el campo porque, afortunadamente, ya no es un trabajo esclavo, estos jóvenes tienen que ver que tienen futuro, que les salen las cuentas y que las políticas que se desarrollan son para apoyarles.

Si seguimos repartiendo a grandes explotaciones, que encima en muchos casos explotan la tierra en sistemas superintensivos, que no emplean mano de obra y no necesitan de ayudas de la PAC para ser rentables; si no se las damos a los compañeros mayores para que puedan jubilarse, al final nunca resolveremos el problema del relevo generacional en este país.

P.- ¿Qué mensaje marcará este Congreso de UPA para diferenciarlo del resto de organizaciones y cuáles son los objetivos que se ha marcado usted para este nuevo periodo?

R.- Agricultura y Ganadería Familiar, ahora más que nunca. Nosotros creemos que este modelo es el que ha dado resultado en este país. Somos quienes producimos alimentos sanos, seguros y saludables y, además, la mejor receta contra el despoblamiento porque vivimos en nuestros pueblos con nuestros hijos, con nuestros mayores, con nuestras parejas. Damos trabajo a nuestros familiares y vecinos, pero cuando llega la campaña de recogida también traemos trabajadores de fuera y los tratamos con cariño porque somos autónomos y trabajamos codo con codo con ellos en el campo.

La Agricultura Familiar no se deslocaliza, no es algo que cuando no nos salen las cuentas recogemos y nos vamos a otro sitio. Eso lo harán las macrogranjas y explotaciones superintensivas que se están dando en olivos, almendros, viñas… Son como la fábrica de los coches, cuando llega un momento en el que no les interesa, se van a donde la mano de obra les salga más barata o les den más ayudas. Nosotros no nos deslocalizamos, nosotros nos vamos a quedar siempre en nuestro pueblo trabajando y luchando por nuestra tierra.

Además, también somos los más sostenibles, esa es una materia en la que nadie nos puede dar lecciones. Nosotros estamos en el medio, vivimos allí. Cuando la gente por la carretera se enternece con la imagen de un campo y un rebaño, ahí está el ganadero o el pastor. Somos parte del paisaje.

Ahora que se está hablando tanto en estos últimos días del Plan de Reconstrucción Económica y de cómo será el futuro, y se dice que hay que potenciar el coche eléctrico. Pues bien, la Agricultura y Ganadería Familiar es el coche eléctrico del desarrollo del mundo rural en este país. Necesitamos que las políticas que se hagan impulsen un desarrollo que esté muy ligado al mundo rural y al modelo que cuida la sostenibilidad y produce alimentos.

Este es nuestro mensaje, además de seguir peleando con quien haga falta para poder recibir precios justos por nuestros productos. Que ya está bien de que todo el mundo le ponga precio a lo suyo y nosotros no podamos. Cuando vamos a comprar los fertilizantes, las herramientas… todo, nos dicen un precio. Y, sin embargo, del precio de nuestros productos todo el mundo coge su parte de ganancia y nosotros tenemos que aceptar lo que sobre, aunque sea por debajo de lo que nos costó producirlo.

Estos son nuestros mensajes y por lo que vamos a trabajar, no vamos a permitir que el modelo familiar desaparezca y se impongan los modelos superintensivos que nos perjudican ambiental, económica y socialmente.

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